El sentimiento del vacío

¿Quién soy ahora?

Estoy cayendo.

Pero no sé cómo ni hacia dónde.

Porque ya no siento nada, es como si tuviera un abrumador y completo sentimiento de vacío.

Hundiéndome a la deriva.

Estoy, pero me pierdo a mí mismo.

Sin embargo, en estas instancias hay algo de hundirme, de la deriva, la nostalgia, la melancolía y, más que nada y sobre todo, del vacío que me ha dejado cautivado.

Me cautivé por ese sentimiento de volar por encima de lo inimaginado y a la vez ir en caída libre. De un bello maquillaje que tapa hasta el más grande sufrimiento de una identidad.

¿Qué soy ahora?

Me definen y me enriedan.

Enredado en un aspecto sombrío. Un traje asfixiante, doloroso. Un peso que no puedo liberar y que me tiene preso por más tiempo del que cualquiera de nosotros podría contar.

Confieso también que he aceptado ese rol.

Aunque apriete y queme, he aceptado seguir cada día con ese profundo sentimiento de vacío.