Sueño.
- Anónimo
- 9 dic 2020
- 1 Min. de lectura
Me recosté, y de repente, me desperté.
Al azul profundo del cielo veraniego,
murmullos oigo sin poder ver su origen.
Con los ojos inmersos en un profundo sueño,
que pende sobre un paisaje casi vacío,
un hombre y un niño miran más allá, buscan algo quizá.

Avanzo y diviso una especie de desierto,
con caprichosas construcciones de roca
que evocan torres de antiguos castillos,
sobrevolados por muchas, muchas aves.
Un teléfono suena. Busco el sonido.
Al entrar a las torres, la sensación de flotar por el paisaje
árido y tenebroso del desierto se hace notar.
Al volar por el casi inmóvil horizonte veo una mujer,
tal vez también busque a su familia.
Seres frágiles con patas de araña se dirigen a algún lugar.
Cargan obeliscos, evidencian su poder,
a pesar de su famélica y frágil complexión.
El peso cargado por las larguiruchas piernas demuestra ingravidez.
En la otra torre, un gracioso hombrecillo
lleno de colores parece meditar.
Sigo mi camino por las imponentes escaleras.
Salto desde lo mas alto de la torre,
y vuelo, vuelo muy, muy arriba.
Doy un vistazo a este extraño mundo,
y vuelo a las estrellas, a mi hogar.
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